Recuerdo el día que salió del hospital. Yo era pequeña y no entendía muy bien de qué iba la cosa. La vi salir en silla de ruedas, pero con una sonrisa en un rostro feliz. Le dí un ramo de flores. Había mucha gente contenta, pero ella me sonrió a mí y se le iluminó la cara al verme, así que corrí para darle un abrazo. Mi abuelita querida, que me ha criado más que una madre, con todas nuestras conversaciones, cuando me obligaba a lavarme los pies antes de irme a la cama y lo contenta que se pone cuando voy a visitarla.
-Años después-
Recuerdo el día que la operaron. Esa noche yo me quedé con ella en el hospital. Después vinieron los días duros, de lágrimas, de salir adelante, de tener la sensación de que estaba sola... pero lo superó, con una fuerza que me hizo mirarla de otra manera, desde entonces cada día y a pesar de las riñas, no he dejado de admirarla. Cómo ha pasado el tiempo, desde hace dos años doy gracias a la medicina porque ella siga aquí conmigo, para ayudarme cuando llego a casa, para reír juntas y que me diga su frase: "es que ya no me cuentas nada...".
Sois las personas más importantes de mi vida, mi abuela y mi madre, y por eso este día más que ningún otro es para vosotras. Ese lacito rosa simboliza mucho en mi vida, simboliza la fuerza, la voluntad, los nervios, las lágrimas, el miedo, la sonrisa y finalmente, simboliza la vida que hay después del cáncer, porque para mi, si hay vida y es preciosa sabiendo que seguís a mi lado.
Os quiero
Día Mundial del Cáncer de Mama
Por el valor de todas las mujeres que se enfrentaron y vencieron y en recuerdo de todas las que se hoy nos miran desde el cielo